Hoy empiezo sugiriendo una reflexión como profesional –en potencia-/usuaria del marketing y la publicidad: Iba por el supermercado y de repente, me he encontrado con el pasillo de la comida de perro. Anonadada –sí, me llama la atención a comida de perro- me he girado y cuál ha sido mi sorpresa al encontrar que el otro lineal del pasillo era el de productos para bebés. Hay muchas formas de verlo, ¿verdad?. Espero vuestros comentarios :)
Bueno, tras este inciso inicial, os cuento un poquito como va todo. La semanita está siendo bastante movidita.
Desde el punto de vista social, genial. Vamos haciendo piña, y tenemos ya un grupillo mu salao. Rememorando viejos tiempos con un montón de nuevos americans ,y una kangura australiana que es la reina de la fiesta. Ains, qué pronto se le coge cariño a la gente…
Desde lo psicológico-económico, un fraude. Mil compras de las grandes, y una noche durmiendo en el pasillo, en la puerta de mi habitación, sin llave, zapatos, móvil o dinero, ni una chaqueta; que para colmo, me ha costado un ojo de la cara –además de haber estado al borde del colapso-.
Desde el académico, me ha dado cuenta de que voy a ser la empollona del grupo, porque tengo el doble de clases que todos ellos.
Además de todo eso, el paquete que mi madre me ha enviado no llega… Y está lloviendo a cántaros. Mis zapatillitas rojas parecen barquitas… ¡Necesito mi ropa!
Pero calma… No todo son malas noticias. Es sobre la huida de La Torre… Me marcho la semana que viene. O eso me han dicho… Veremos a ver, porque se traen unos rollitos que no nos gustan. Pero bueno, prefiero ver el vaso medio lleno, y pensar que me mudo ya. De todas formas ya paso allí mucho más tiempo que en mis aposentos del castillo.
Aun así, me encuentro genial… No sé si os acordaréis del primer post, pero en referencia a lo que dije… Esta torre está siendo más alta de lo que me imaginaba. Sin embargo sigo viva, y con ganas de vivirlo al máximo.
Rapunzel os saluda.
Paz y buen rollito!
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